Banda Sonora


Levantarse por la mañana y escuchar de fondo esa canción que te invita a sonreírle al mundo y decirle que tienes energía suficiente para aguantar con todo. Preparar el desayuno y comparar el ruido de la cuchara al revolver el cola-cao con esa sintonía tan pegadiza del anuncio que pusieron en el cine, antes de que empezara la película. Coger el autobús camino de clase, con los auriculares puestos y pasarte todo el viaje cantando en silencio, emocionándote a cada verso de tu lista de reproducción sin importarte en absoluto como te mira la gente y si piensan que estás loc@ o no. Dejar de escuchar la explicación del profesor porque te recuerda a ese personaje tan peculiar de la tele y en tu cabeza empieza a sonar la sintonía del principio. Reírte con tus amigos en los recreos cada vez que un comentario de alguno os recuerda a una canción y uno la empieza para que os unáis todos después. Salir de clase pensando en esa cita que tienes por la tarde, en el cosquilleo que sientes en el estómago, en sus ojos, en su sonrisa y que surja en tu cabeza un popurrí de canciones interminable que te recuerdan a esa persona y te hacen soñar despiert@ las veintucuatro horas del día.
Que el mundo entero parezca estar en silencio y que, aunque parezca increíble, no solo las películas tengan banda sonora.


Caitlyn